Soy una mano ansiosa, una cara enrojecida y un bolígrafo cualquiera del estuche, soy como el dolor seco y el vacío, soy la derrota, la risa sarcástica, el odio creciendo y la tapa del pegamento. Soy el amor que hay en el sexo, el té amargo, sin azúcar, soy llegando tarde, soy un cúmulo óptimo y desbordante de sentimientos. Soy huesos que crujen en el silencioso alboroto, soy quejidos, almohadas mojadas y mangas de jersey tan largas que abrazan manos. Pero ante todo, soy noches de verano en la cama escribiendo sobre un cojín, mordiendome la piel de los labios hasta que sangran y el ruido de mi ciudad.
martes, 22 de julio de 2014
Ironía en clave de sol.
Es como morir de hiportermia en pleno desierto, como dar arcadas con el estómago vacío, como encender un mechero con el cigarro y como llorar pretendiendo que en cada lágrima que cae también la rabia lo haga.
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